Es una de las ciudades más hermosas que he visitado.
Sus edificios parecen surgir del agua de una forma inexplicable.
A pesar de que muchos de ellos están en un estado de urgente restauración, tienen un encanto muy especial.
Son muchos los turistas que navegan por sus canales en góndola mientras el gondolero ameniza su paseo entonando alguna de las más conocidas canciones populares.
Además de las tradicionales góndolas, también abundan las pequeñas y modernas embarcaciones, el medio de transporte obligado en esta ciudad conocida como "La ciudad de los canales".
Después de pasear por Venecia y contemplar sus famosas plazas y edificios, hay que visitar alguna de sus tiendas.
Piezas de cristal de Murano a la vuelta de cada esquina, collares y pulseras llenos de colorido que captan la atención del paseante
como lo hacen las hermosas porcelanas dignas de ser contempladas en escaparates como éste, tan lleno de color,
o las últimas tendencias de la moda, en pequeñas tiendas que nos acercan ese estilo tan elegante que tienen los italianos.
A continuación, un paseo a la orilla del canal contemplando sus magníficos edificios.
Una parada para tomar un refresco mientras disfrutamos de unas espléndidas vistas.
Y, ya al atardecer, mientras el sol se oculta en el horizonte, la ciudad muestra su aspecto más relajado.
Es tiempo de descansar y disfrutar de la tranquilidad de la noche.